Luego de obtener el ascenso en el mes de mayo a la segunda categoría del fútbol argentino, y saber que
River Plate había descendido a la B Nacional, comenzaban las ilusiones de enfrentar en uno de los equipos más grandes del país.
En el comienzo del torneo, todos se fijaron en el fixture cuando llegaba
la institución millonaria a Puerto Madryn, y al enterarse que el 19 de
noviembre iba a ser el día clave, empe-zaron a programar como lo iban a
vivir. Pasaban los días, las fechas, y las ilusiones de ver a River
jugar en Puerto Madryn crecían cada vez más. Puerto Madryn comenzaba a
revolucionarse. Los hoteles quedaban colapsados, y las entradas, una vez
que se pusieron a la venta, solamente duraron 2 horas, algo que
sorprendió a más de uno, aunque era de esperarse. El Raúl Conti, luego
de recibir a Boca Juniors en un encuentro amistoso, la selección de
rugby de Gales y Los Pumas en un test mach, recibió a uno de los más
grandes del fútbol argentino para seguir llenando las páginas de la
historia y poder decir que en Puerto Madryn, y luego de varios idas y
venidas, jugó el club donde se desempeña
Matías Patanian.
Para las estáticas, quedará que los comandados por Matías Almeyda se
quedaron con la victoria por 4 a 1 (goles de Lucas Ocampo, Alejandro
Domínguez y Fernando Cavenaghi en dos oportunidades. Para el local,
descontó Gastón Bottino desde el punto penal), pero en la memoria de
todos, no se olvidarán jamás, que la banda, un club de barrio, en una
ciudad chica, fue local ante uno de los más grandes del país.